22/01/2018

Así luchan otras capitales contra la contaminación

Capitales de todo el mundo aplican medidas diversas para paliar los efectos de la contaminación sobre la salud y frenar el cambio climático

Otras ciudades y países nos llevan ventaja en este tipo de medidas. Repasamos algunas de las más significativas, tanto del entorno europeo como de otras regiones.

  1. París: restricciones para los vehículos más antiguos

La capital francesa prohíbe de forma habitual la circulación de vehículos anteriores a 1997 los días laborables de 8 a 20h. Por otra parte, cuando sufre un episodio de contaminación, se establece un sistema de circulación alterna: durante una jornada solo pueden transitar vehículos con matrículas pares o impares. Esta restricción, por ejemplo, se puso en marcha el pasado verano con motivo de los episodios de contaminación que disparó el calor y la sequía.

Como Barcelona, París dispone de un sistema público de bicicletas (Velib’) y, recientemente, ha puesto en marcha uno de coches eléctricos compartidos (llamado Autolib’) para el que ofrecen un descuento del 50% de descuento para los que renuncien a su vehículo privado.

  1. Londres: acceso “de pago” al centro de la ciudad

Le llaman “Congestion Charge” (algo así como “tarifa de congestión”) y es una suerte de peaje diario que deben abonar los vehículos que quieren acceder al centro de Londres en los días laborables de 7 a 18h. Y no es precisamente barato, cuesta 11,5 libras (unos 13 euros al cambio).

La capital británica, como el Área Metropolitana de Barcelona, también dispone de una Zona de Bajas Emisiones que restringe los vehículos diésel durante las 24 horas del día. Por otra parte, la compañía de taxis municipal está promocionando el cambio a vehículo eléctrico (con el mismo diseño de los tradicionales taxis londinenses, por supuesto) y planea tener un 50% de estos automóviles en 2020.

  1. Berlín: la mejor ciudad europea en su lucha contra la polución

Su geografía, una ciudad extensa, de amplias calles y excepcionalmente plana, la han convertido (con permiso de Ámsterdam y Copenhague) en una de las capitales de la bici urbana en Europa. Pero es además la ciudad que más y mejor lucha contra la contaminación ambiental, de acuerdo a la European Environmental Bureau.

Además del uso generalizado de la bicicleta como medio de transporte habitual, también por disponer de una gran zona “eco” dónde solo pueden transitar los vehículos menos contaminantes (que llevan un distintivo de color verde, similar a las nuevas etiquetas implantadas en el Área Metropolitana de Barcelona).

Además de promover activamente el uso de la bicicleta, Berlín dispone de una zona ecológica donde solo pueden acceder vehículos poco contaminantes

  1. Países escandinavos: apuesta por el coche eléctrico y las bicis

Copenhague se ganó el título de “Capital Verde” en 2014 por sus esfuerzos en la lucha contra la polución y se considera la auténtica “ciudad de las bicis” en toda Europa. La ciudad danesa ha puesto en marcha políticas para estar libre de combustibles fósiles (gasolina, gas natural, etc.) para 2050.

Uno de sus países vecinos, Noruega, cuenta ya con un coche eléctrico por cada tres vehículos de su parque móvil. Estocolmo, por su parte, es una pionera en las restricciones del tráfico, que puso en marcha hace más de 20 años, en 1996. Desde 2007, los vehículos que quieran acceder al centro de la ciudad sueca deben pagar un “peaje” que puede llegar a ser de 6,5 euros.

Estocolmo fue pionera en las restricciones de tránsito por el centro de la ciudad, implantando las primeras medidas hace 20 años

  1. Grandes megalópolis asiáticas: medidas drásticas e imaginativas

La India tiene el dudoso honor de contar con 13 ciudades entre las 20 capitales más contaminadas del mundo, según datos de la OMS. Para limitar la polución en Nueva Delhi, su capital, se ha impuesto una restricción al tráfico de vehículos en días alternos. La crisis de salud que supone la alta contaminación ha llevado a su ministro de transporte a lanzar un mensaje de colaboración en rueda de prensa a toda la población.

Aunque las medidas más drásticas (pero también creativas) se llevan a cabo en China donde se calcula que un millón de personas mueren al año por los efectos de la contaminación y revisar la calidad del aire cada mañana antes de salir a la calle es un gesto cotidiano. Se ha limitado el número de coches nuevos que se podían comprar al cabo del año mediante el sorteo de las placas de matrícula, pasando de un millón de automóviles nuevos en Beijing a 200.000 en apenas un año.

El pasado verano, el artista holandés Daan Roosegaarde instaló un purificador de aire de más de siete metros en el centro de Beijing, con capacidad de limpiar hasta 30000 metros cúbicos de aire por hora. Aunque el proyecto empezó como una obra artística financiada mediante micromecenazgo, las autoridades chinas enseguida se mostraron interesadas en esta “obra” y mandó trasladar la torre desde Holanda hasta su capital.

Otro proyecto igualmente ambicioso es la “ciudad bosque” que ha proyectado el arquitecto italiano Stefano Boeri. Llamada Liuzhou Forest City, tendrá todo tipo de viviendas y equipamientos públicos pero todos ellos cubiertos y rodeados de aire con el objetivo de absorber 10.000 toneladas de CO2 al año y producir 900 de oxígeno.

Fuente: La Vanguardia

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