12/12/2017

Las muertes en carretera crecen por segundo año consecutivo

Con casi toda probabilidad, 2017 será el segundo año consecutivo con más muertos en accidente en carretera. Hasta el domingo iban 1.143, lo que supone 38 muertos más que en idéntica fecha de 2016 y, cuando quedan casi tres semanas de 2017 y las vacaciones de Navidad, sólo 18 menos que en todo el pasado año.

Esta evolución confirma que siguen faltando solución a un problema que se inició en 2014. Ese año y tras lo que algunos definieron como «una década prodigiosa», la siniestralidad frenó su descenso; luego se estabilizó y en 2016, creció.

Los datos son provisionales: sólo contemplan carretera y 24 horas. La accidentalidad definitiva, con ciudad y víctimas en los 30 días siguientes, sufrió el cambio de tendencia un año antes y ha evolucionado peor, sobre todo por el mal resultado en ciudad. Pero estas segundas estadísticas no se conocerán antes de primavera o verano, aunque por ley los ayuntamientos deberían comunicarlas a la DGT en el mes siniestro.

«Somos el quinto país en Europa con mejor tasa de mortalidad vial pero, como les ha ocurrido a otros que están a la cabeza, pasamos por un estancamiento y ahora un repunte» señala Gregorio Serrano, director de la DGT. «Y las causas son, en esencia, las de siempre: excesos de velocidad, conducción bajo los efectos del alcohol o drogas; distracciones y el no uso del cinturón».

Serrano apunta a aspectos novedosos como los 700.000 vehículos más que hay en circulación o los 15 millones de desplazamientos de largo recorrido extras que se han producido este año. Otros son viejos, como «la falta de educación vial que padecemos desde hace 40 años». Y para el futuro, está sobre la mesa una reforma integral de la legislación en seguridad vial. Tras haberla consensuado con otros actores implicados, esa reforma se empezará a tramitar en 2018. Su objetivo: reactivar el efecto normativo, hoy agotado. Asociaciones o entidades no lo ven así. «Hay otros factores, como la falta de mantenimiento de las carreteras y de unos coches cada vez más viejos, pero también se ha producido un adormecimiento de la conciencia social hacia los accidentes. No se lanzan mensajes de aviso, al contrario, algunos son triunfalistas» señala Mario Arnaldo de Automovilistas Europeos Asociados.

A finales de noviembre, la DGT lanzó una campaña sobre el empleo del teléfono, que es la distracción más frecuente. En 2016, la conducción distraída o desatendida estuvo detrás del 25% de los siniestros y de un tercio de las muertes.

«Tras el gran descenso en el número de víctimas, la seguridad vial ha salido del debate social y si se está volviendo a hablar, es por el repunte que se está produciendo» señala Carlos Lancha, del Race. E insiste en la necesidad de una formación continua de los conductores después de que un reciente estudio revelase que el 70% de aquellos suspendería el examen teórico si tuviera que volver a hacerlo.

Además, refiere la aparición de nuevos tipos de víctimas. «El año pasado, la siniestralidad laboral provocada por accidentes de tráfico creció un 18%». Y apunta también a los ciclistas, uno de los colectivos de usuarios vulnerables. A ellos habría que añadir los motoristas y los peatones. Según cifras de la DGT hasta finales de octubre, el número de fallecidos crecía en los dos primeros grupos, mientras descendía de forma notoria en el caso de los viandantes.

Justo para proteger a estos usuarios vulnerables, Ramón Ledesma, asesor de Pons Seguridad Vial, plantea medidas como la reducción de la velocidad a 30 km/h en vías de un sentido en ciudad; y generalizar el límite de 90 km/h en carretera convencional. «Empiezan a urgir decisiones trascendentes que, no nos engañemos, a nadie gustan, pero que hay que tomar», afirma.

Fuente: El mundo.

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